Esta madurita estaba harta de pasarse por diferentes entrevistas de trabajo sin éxito, y necesitaba de manera urgente un trabajo con el que poder pagar las deudas que tiene. Por eso, cuando llegó a esta entrevista, estaba dispuesta a todo con tal de conseguir el puesto. Cuando notó que la entrevista no estaba siendo todo lo buena que ella esperaba, se quitó la camiseta y le ofreció al que iba a ser su jefe sus hermosas tetas. Le hizo una paja cubana de ensueño y se dejó follar sobre su mesa en el despacho y gracias a ello además de conseguir el ansiado trabajo, consiguió un sueldo más que generoso.