Nadie se resiste a una diosa como Angela White, sobre todo cuando la tetona te espera en la piscina de noche, con luces de neón y «jugando» de manera muy sensual con una serpiente que tiene como mascota. Su amante nada más verla entró a la piscina ya con una erección bastante importante y se fue directamente a sus pechotes, tras sobarlos y comerle el coño, fue ella la que entró en acción demostrando la prodigiosa garganta que tiene para hacer mamadas profundas. Lo que vino después ya nos lo imaginamos todos, una follada bajo la luz de la luna muy romántica, cargada de morbo y seguramente inolvidable para los dos.